Fruto de la colaboración entre Rollertraining y Deporte de cabeza, web especializada en psicología deportiva, os iremos dejando interesantes artículos sobre psicología deportiva aplicada al patinaje.
En este primer artículo queremos empezar realizando una entrevista a José Angel Caperán, psicologo deportivo y experto en coaching, profesor del Master en Psicología del Coaching de la Uned y colaborador de www.deportedecabeza.com.
En esta entrevista intentaremos desvelar algunas posibilidades de cómo la psicología deportiva puede ayudar a mejorar el rendimiento de nuestros deportistas.
En el patinaje habitualmente nos encontramos con padres y entrenadores que buscan demasiado pronto los resultados competitivos en sus deportistas, muchas veces poniendo en riesgo la salud del deportista...¿cómo puede un entrenador/padre actuar al respecto?
Antes de nada debemos tener claro cuándo queremos que el deportista lorgre sus mejores resultados. Pues hay muchos entrenadores que son especialistas en sacar campeones cadetes y juniors, exprimiendo al máximo unos cuerpos y unas cabezas que aún se están componiendo. La edad júnior es clave para lograr la motivación para seguir compitiendo y para muchos patinadores, incluso campeones nacionales con muchas expectativas, esta categoría supone el final del camino y, muchas veces, ni siquiera se vuelven a enfundar unos patines. He visto fobias a patinar, a la bicicleta, a las pistas de atletismo, al tatami, a las raquetas, de antiguas jóvenes promesas una vez retiradas.
La evolución de un deportista, física y psicológica, debe seguir una serie de etapas obligatorias adaptando los objetivos del entrenamiento y de la competición a cada una de ellas y a los resultados presentes (ni futuros ni pasados).
En el patinaje de velocidad es normal sufrir caídas, y son muchos los patinadores que cogen miedo a las mismas y les cuesta correr en pelotón y rendir a su nivel por culpa de esos miedos. ¿Qué técnicas psicológicas pueden utilizarse en ese caso?
El patinador que se consume por el miedo lo tiene hacia lo que está bajo su control (su velocidad de reacción a la hora de tomar decisiones) y hacia lo que no lo está (un empujón que me saque fuera de pista). Siempre hay peligro pero el patinador puede reducir al mínimo la probabilidad de caída si trabaja adecuadamente su actuación técnica, táctica y psicológica.
Combatir el miedo ante el pelotón supone un ejercicio constante de atención hacia dos elementos que son objeto de entrenamiento psicológico, porque es misión del patinador controlarlos en todo momento (de esta manera el miedo sólo irá encaminado hacia lo que no controlo):
1. El propio cuerpo (entrenando la propicepción): el patinador debe aprender a identificar en todo momento si el gesto de su cuerpo durante la prueba es adecuado técnicamente o no y, además, corregirlo sobre la marcha. Si no lo es las probabilidades de caída son mayores.
2. Los cambios de ritmo y de gestos técnicos que se vayan dando durante la prueba que nos indicarán qué modificaciones debemos hacer de nuestra técnica. Como por ejemplo: una caída de un rival delante de nosotros que debemos esquivar.
El patinador que crea que sólo sale a patinar está muy equivocado. Sale a tomar decisiones y a modificar su patinaje en función de lo que vaya ocurriendo. Y, claro está, la reproducción de situaciones de competición en los entrenamientos es básica para adaptar el protocolo psicológico a cada patinador individualmente.
En las pruebas contrarreloj en el patinaje de velocidad, vemos como en numerosas ocasiones el patinador se pone nervioso haciendo salida nula, con riesgo de ser descalificado o saliendo muy mal. ¿Qué tipo de técnicas de concentración, control estrés, etc se pueden realizar en este tipo de pruebas? ¿Hay estudios sobre concentración que hablen de diferencias entre deportes de velocidad y resistencia?
Un objetivo básico del entrenamiento psicológico es que el deportista aprenda a graduar su nivel de activación en función de la prueba. A través del dominio de la respiración diafragmática, el control de la tensión muscular y el ajuste del esquema corporal a las exigencias técnicas de la prueba.
Así, por ejemplo, en prueba de velocidad el nivel de activación ha de ser mucho mayor que en pruebas de resistencia para que la velocidad de reacción sea menor y los movimientos más explosivos.
Por el contrario, en las pruebas de resistencia el nivel de activación ha de tener un nivel medio. Lo suficiente como para estar alerta a los cambios y, a la vez, para evitar el colapso antes de tiempo.
Me encuentro muy a menudo atletas de resistencia que compiten, por ejemplo, en un 10.000, con el nivel de activación de un 1.500. ¿Resultado? Retirada antes de llegar a los 5 km. Y también a patinadores que van al mismo ritmo en una carrera de velocidad que en una de resistencia.
La motivación es una aspecto fundamental para tener éxito deportivo. ¿Qué recomendaciones nos puedes hacer para mantener los niveles de motivación adecuados en un patinador?
Para trabajar fácilmente la motivación todo entrenamiento y toda competición, hasta la más insignificante, debe tener objetivos. Y éstos deben cumplir siempre con el acrónimo MARTE:
1. Medibles: debemos poder medir el grado de consecución de los objetivos.
2. Alcanzables: realistas en función de los resultados anteriores y el estado de forma actual.
3. Relevantes: deben suponer un estímulo para el deportista.
4. Temporales: delimitados en el tiempo, debemos ponernos plazos para conseguirlos.
5. Específicos: un objetivo debe poder descomponerse en unidades más pequeñas. Por ejemplo: quedar entre los tres primeros se puede descomponer en:
• Mantener la técnica adecuada durante, al menos los 2/3 de la prueba
• Mantener el ritmo de tal o cual patinador que sea nuestro referente durante el mayor tiempo posible
• Reaccionar rápido ante los cambios en el pelotón
También debemos aceptar que el siguiente objetivo se ve condicionado por el objetivo anterior. Si uno no está consiguiendo los objetivos intermedios no podemos negar la realidad y empecinarnos en no modificar el objetivo final, pues iremos directamente hacia la frustración.
A falta de una semana para los Ctos de Europa, vemos cómo en ocasiones grandes patinadores españoles cuando acuden a citas importantes rinden por debajo de lo esperado, quizás por la presión, la falta de experiencia, los nervios, etc. Nos puedes dar alguna recomendación para rendir más en lo que sería la competición importante del año...
El patinador debe tener claro que va a entrenar cada día para competir en un momento concreto, y no por el mero hecho de acumular horas de patinaje. El diseño de los entrenamientos tiene que fomentar la autoconfianza del patinador hacia la competición: reproduciendo ritmos, situaciones y decisiones.
Asimismo el psicólogo deportivo entrena al patinador para hacer la situación de competición, como un campeonato de Europa, lo más predecible posible. Desarrollando todos el elenco de acciones que el patinador puede y debe llevar a cabo: adecuando su respuesta física (qué siento), su respuesta cognitiva (qué pienso) y su respuesta práctica (qué hago) a su mejor versión.
Además, la capacidad de atención es limitada. El principal problema es que el patinador suele distraer su atención en el alta competición hacia elementos que no aportan nada a su actuación, es más, la perjudican enormemente pues supone dedicar menos atención a su técnica y a las decisiones de la prueba: el público, los nombres de los rivales, el escenario, el futuro (qué pasará si…) y el pasado (y si me pasa otra vez…).
Hemos de saber que nuestra técnica se ve afectada por lo que sentimos y lo que sentimos se ve afectado por lo que pensamos (piensa por ejemplo en la muerte de un ser querido…¿cómo te sientes? Pues ahora ponte a patinar por el oro en un Europeo).
Por último Caperán, teniendo en cuenta que a veces es difícil poder contar con un psicólogo deportivo en pequeños clubs deportivos ¿es posible que los propios entrenadores, deportistas o padres puedan utilizar algunas herramientas de psicología deportiva para la mejora del rendimiento? ¿y qué lectura a nivel básico nos podrías recomendar al respecto?
Sobre todo lo que pueden hacer los padres y entrenadores es desarrollar un estilo de comunicación con sus hijos y pupilos claro, coherente (sin contradicciones) y que fomente la autoevaluación del deportista: ¿En qué crees que has fallado? ¿Cuál crees que es la solución? Según tú la competición ha sido un desastre pero ¿qué has hecho bien? ¿Qué es lo que has hecho bien incluso en la peor de la actuaciones posibles? Sobre esto empezaremos a construir soluciones ante los errores. No hay nada más valioso para un psicólogo deportivo que un error para analizar con su deportista.
Como lectura os recomiendo: “Estrategias psicológicas para entrenadores de deportistas jóvenes”, de J.M. Buceta (editorial Dykinson)
No hay comentarios:
Publicar un comentario